María Calvo Charro es Doctora en Derecho Administrativo y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid. Ha desarrollado su labor investigadora tanto en España como en Estados Unidos y ha publicado varios libros acerca del derecho de los padres a elegir la educación que consideren más oportuna para sus hijos.
Un día me contó una madre que su hijo, gracias a la actividad extraescolar de teatro, había conseguido ser más extrovertido. Me pareció muy buena idea, ya que través del juego, concretamente haciendo teatro, actuando con un rol diferente a su persona, conseguía desinhibirse y contaba muchas cosas y se comportaba libre de complejos. Esto también ocurre cuando los niños se disfrazan.
Todos los días de mi vida es una película inspirada en un suceso real, que cuenta la vida de un joven matrimonio que vive feliz, hasta que un inesperado accidente de coche hace que ella pierda todos los recuerdos anteriores de los cinco últimos años de su vida, que incluyen especialmente el noviazgo, la boda y las primeras vivencias en el hogar de esta joven pareja.
“La vida es bella, y no hemos nacido para estar bien sino para amar, y quien lo hace, quien se abre a amar, emprende el camino justo” (Fabio Rosini en “El arte de recomenzar”).
El protagonista de la película es Wayne Dyer, doctor en psicología y conocido por sus obras de autoayuda, entre ellas "Tus zonas erróneas". A través de una entrevista que están filmando para un programa de televisión, el Dr. Dyer va exponiendo reflexiones sobre cómo enfocar la vida -con sus momentos ordinarios y extraordinarios- , las relaciones con las personas y las cosas; y cómo podemos aprender a convertirlas en ocasiones de ser mejores y de llegar a realizar una misión concreta que está inscrita en nuestra propia naturaleza.
La respuesta no es única, como siempre que tratamos de la educación y de la enseñanza, colegio y padres deben ir siempre en la misma dirección. El aprendizaje cuesta, nos cansa a nosotros como educadores y a ellos como educandos. Se trata de una labor conjunta: padres, profesores y alumnos. Es importante contar con el niño porque nadie aprende si no quiere, no sabe o no puede aprender. “Lo interesante no es que yo se lo explique bien, sino que ellos lo aprendan bien” (Juanjo Javaloyes).
Nadie duda de la bondad de la práctica deportiva. Es excelente para el cuerpo y para el alma. Permite desarrollarse físicamente, liberar tensiones, encauzar la energía corporal, y mantener en forma el organismo frente a la sedentariedad propia de la sociedad moderna. Y es, además, una escuela de virtudes. Siempre que dicha academia abra sus puertas e imparta sus lecciones.
Atrapa la bandera, película dirigida a niños entre seis a diez años. La película cuenta la historia de Mike Goldwing, un joven y valiente chico de 12 años hijo y nieto de astronautas cuya familia está separada a raíz de un incidente que ocurrió años atrás.
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