El mejor juguete para mi hijo
Llegan las Navidades
¡Se acercan las navidades! Ya comenzamos a ojear catálogos en busca del mejor juguete para nuestros hijos ¡Aquí van algunas recomendaciones para que aciertes seguro!
Los juguetes ayudan a introducir a nuestros hijos en el mundo en el que viven, y cuando son adecuados favorecen el desarrollo de sus capacidades intelectuales, sociales, lingüísticas y emocionales. Jugar es una actividad muy seria en las etapas iniciales del desarrollo. Es una necesidad básica para nuestros hijos, además de uno de los recursos más potentes del cerebro para comprender la realidad en la etapa infantil. Por lo que es importante facilitar a los niños el tiempo, el espacio y el juguete adecuado según sus intereses y el momento evolutivo en el que se encuentran.
A los niños de hoy, por lo general, no les faltan juguetes. Es más, nos encontramos a menudo a niños que rechazan o minusvaloran juguetes en épocas de fiestas. Los reciben sin ilusión o se ponen nerviosos ante el exceso de regalos. Entran en saturación, no son capaces de asimilar la gran cantidad de estímulos los que los sometemos. Y de repente nos los encontramos centrados y de lo más entretenidos jugando con la caja del juguete, o con los papeles que lo envolvían.
¿Qué le regalo a mis hijos?
Hablaremos más delante en otro post de los juguetes más adecuados en la etapa infantil, pero para que vayas planificando los regalos que vas a hacerle a tus hijos estas navidades te vamos a proponer uno muy especial: EXPERIENCIAS
No hay mejor juguete para tu hijo que su propio cuerpo. Los niños en esta etapa de lo que más disfrutan es descubriendo el mundo a través de los sentidos: correr, saltar, columpiarse, jugar con arena, hacer galletas, haciendo espuma en la bañera…, son actividades placenteras para nuestros hijos y que les ayudan a conectar con el mundo exterior y con su propio cuerpo, favoreciendo su desarrollo y su capacidad intelectual, y que en ocasiones, por el ritmo que llevamos los padres ¡No tienen tiempo ni oportunidad de hacerlas!
Compartir con ellos tu tiempo y tu compañía fomentando experiencias que ayuden a tus hijos a descubrir y experimentar el mundo que les rodea a través de los sentidos es el mejor regalo para estas navidades ¡No hay regalo material que supere una actividad en familia!
Si nuestros hijos pudieran expresarse con claridad en ocasiones nos dirían: No quiero más juguetes ¡Lo que quiero es que juegues conmigo! Su desarrollo en realidad reclama nuestra presencia y nuestra compañía para ayudarle a descubrir el mundo que les rodea. Para favorecer su seguridad y su curiosidad.
Es importante tener en cuenta que las actividades que podemos realizar con nuestros hijos han de ser sencillas. Cuando hablamos de fomentar experiencias y de favorecer el desarrollo sensorial no implica buscar actividades que alteren sus sentidos de una manera indiscriminada ni excesiva. Hay que tratar de “dar las oportunidades” necesarias para que nuestro hijos puedan desarrollarse de la mejor manera posible en un ambiente de sosiego, con salidas al campo, a la naturaleza, dejándoles explorar aunque se ensucien cuando juegan, cuando comen, cuando pintan… esto les ayuda a conocer mejor cómo funciona su cuerpo, cuales son los límites, y les permite integrar lo que conocen a través de los sentidos y el movimiento, permitiendo que su cerebro reciba una información unitaria de lo que aprende.
El secreto es…
El mejor escenario para el desarrollo sensorial de los niños es su propia vida, las oportunidades que nos brinda el día a día. Nuestros hijos estrenan en su propio ser un mundo nuevo y estimulante para ellos: la sensación de la lluvia en la cara, el frío de la nieve o el hielo, el sentir la hierba en la planta de sus pies, el tacto de la arena entre sus manos, el olor de la comida, la presión de nuestras manos en su cuerpo cuando los sentamos en nuestro regazo, el sonido de la música… El cerebro se alimenta de todas esas sensaciones para aportar información sobre el mundo que le rodea y empezar a generar conocimiento.
Admitámoslo, los niños pasan demasiado tiempo delante de las pantallas. Cada vez bajamos menos al parque, vamos menos al campo, hacemos menos cosquillas y se nos ha olvidado lo divertido que era jugar al pilla pilla y mancharse las manos cuando había barro en el patio. Tenemos niños cada vez más estresados y ansiosos, porque no les permitimos moverse, no les dejamos tocar, saltar… y les llenamos el cuarto de juguetes que en muchas ocasiones no saben usar.
Los expertos afirman que en los niños es fundamental el movimiento y el juego por medio de experiencias, hasta por lo menos la edad de ocho años, para asentar las bases de un desarrollo armónico posterior a nivel intelectual, social y personal. Así que te animamos a que te cargues de energía y planifiques algunas experiencias con los más pequeños de la casa para estas navidades