Los celos son sentimientos muy habituales en los niños ante la llegada de un hermano. Surgen por el temor a ¨perder¨ el afecto de sus padres o que éste se vea disminuido. Por tanto, sienten una inseguridad que se manifiesta en reacciones tales como: querer volver a ser bebé para que sus padres le muestren la misma atención que a su hermano, si ya no usan pañal o chupete quieren volver a usarlos y se expresan a través de rabietas o enfados desproporcionados.

Estas conductas no son -por norma general- las mismas en todos los niños, cada uno las muestra de la manera en la que considera que va a conseguir recuperar la atención de sus padres. Ellos, más que nadie, conocen la estrategia para conseguir lo que buscan recibir de sus padres.

Para evitar que ocurra esto, se deben tener en cuenta ciertas orientaciones que pueden reducir estos sentimientos en los niños y hacérselo mas fácil, ya que ellos son los primeros que lo pasan mal.

Algunas orientaciones son las siguientes:

– Hacerles partícipes en todas las tareas relacionadas con los cuidados del bebé. El hijo mayor podría encargarse de acercarle a mamá o papá la toalla del hermano, o tirar su pañal a la basura.

– No comparar a los hijos al hablar con terceros ya que se enteran de todo. Muchas veces puede ocurrir que nos salga decir en alto: esto no me pasó con el anterior (nombrando al niño), el mayor dormía mucho peor, en cambio este niño es un santo. O cuando el hermano mayor se enrabieta, decirle: el bebé no está llorando y tú sí, ¿tú eres un bebé? Estos comentarios sólo acentúan la rivalidad entre ellos y harán que exagere sus conductas.

– Trasmitirle no solo con palabras, sino también con actos, que papá y mamá le quieren mucho. Dedicarle tiempo en exclusiva: contarle un cuento, aprovechar los momentos en los que el bebé duerme o no esta comiendo para jugar con él.

– Tampoco es beneficioso para el niño exagerar los elogios, tratar de ser lo más realistas y cercanos que se pueda. Como ya hemos comentado, los niños lo notan todo; si le elogiamos en algo que sabe que no hace del todo bien va a notar la exageración y, posteriormente, cuando le exijamos que rectifique no entenderá por qué, ya que le estábamos diciendo previamente que lo hacia todo genial. Hacerle ver lo que hace genial y lo que tiene que mejorar le ayuda a tener un correcto autoconocimiento y así poder mejorar.

– Descubrir juntos cuáles son sus emociones. Dependiendo de la edad, se podrá mantener o no una conversación con él sobre las emociones que experimenta. En el caso en el que sea muy pequeño se puede realizar a través de cuentos y canciones.

– Hacer planes en conjunto, toda la familia, para integrar cuanto antes la llegada del nuevo bebé a la vida ordinaria de la familia. Cuanto más normalicemos la situación, más fácil será para el niño asumir el cambio.

– Que el hermano mayor le cuente cuentos y le cante canciones al bebé: decirle que al bebé le encanta escucharle y se lo pasa muy bien con él. Y además explicarle que como él es más mayor puede enseñarle muchas cosas.

El mejor regalo que le podemos dar a un hijo es un hermano.

¡Mucho ánimo con esta gran tarea!