Se acercan las deseadas vacaciones de Navidad, las calles se van llenando de luces y adornos. Es tiempo de preparación, de recogimiento, para la venida del Salvador. Los niños viven con una gran ilusión la preparación del cumpleaños de Jesús, pero la pregunta es ¿y los adultos vivimos este tiempo con esa ilusión infantil o nos domina el agobio de regalos, comidas, etc.? Sí es así, lo primero que debemos hacer es pararnos y reflexionar sobre lo que realmente es importante en estas fechas, ¿qué “cosas” pueden llenar el corazón de nuestros hijos? Desde luego, ni los juguetes de los Reyes Magos, el Niño Jesús, o Papá Noel conseguirán llenar de felicidad el corazón de nuestros niños.
Como padres, no nos gusta ver sufrir a nuestros hijos, al contrario, intentamos protegerlos de todo lo que pueda herirlos, molestarlos o hacerles enfadar. Pero no podemos eludir que el sufrimiento es una realidad que nos va a acompañar toda la vida, y al igual que muchos aprendizajes nos ayudan a desenvolvernos en el mundo, el aprendizaje del sufrimiento debería ocupar un lugar especial en nuestra tarea educativa.
El desprendimiento es una virtud por la que las personas saben vivir sin atarse con lazos excesivos hacia los bienes materiales en general o hacia algunos en particular. Este hábito es un modo concreto de practicar la templanza, que permite al ser humano disfrutar de la vida con la libertad y la alegría de los hijos de Dios sin aherrojarse a las cosas; sin dejar que los vicios o las pasiones desordenadas esclavicen sus apetitos; con capacidad para decir no con tranquilidad, sin angustias; y para decir sí con agradecimiento a Dios y sentido de la medida.
Nadie duda de la bondad de la práctica deportiva. Es excelente para el cuerpo y para el alma. Permite desarrollarse físicamente, liberar tensiones, encauzar la energía corporal, y mantener en forma el organismo frente a la sedentariedad propia de la sociedad moderna. Y es, además, una escuela de virtudes. Siempre que dicha academia abra sus puertas e imparta sus lecciones.
Ana es muy buena estudiante y sus calificaciones en primero de Bachillerato son excelentes por lo que, muy previsiblemente, podrá estudiar con éxito la carrera que le gusta. Es una chica organizada y trabajadora, con tiempo para hacer deporte -le descansa jugar al tenis-. Practica danza clásica que es su verdadera pasión. Su carácter es extrovertido por lo que tiene un buen grupo de amigas de las de verdad, en las que confía y entre las cuáles se apoyan mucho. Sus padres están separados y vive de forma muy desahogada en un chalet con jardín, piscina y cancha de tierra batida, en una urbanización para gente con rentas altas.
¿Cómo evitar que nuestros hijos se conviertan en piezas de cristal de bohemia, en personas tan delicadas y frágiles ante la adversidad que hasta la más mínima ráfaga de brisa haga temer por su integridad? Porque, cada persona es hija de su propio tiempo; y este es el de una humanidad débil. Y si no ponemos un esfuerzo decidido para paliar el problema, más pronto que tarde nos encontraremos con carencias serias en el carácter de nuestros hijos. Deficiencias para afrontar la adversidad que tendrán en sus vidas un más que posible reflejo psicológico, o psicosomático de complicada solución.
Año: 2015 Editorial: PLATAFORMA EDITORIAL “Entrénalo para la vida” es un libro que todos los padres y educadores deberían leer. Es un libro escrito por Cristina Gutiérrez Lestón, educadora y madre,
Es una gran pregunta, cuya respuesta es imprescindible para poder aconsejar y acompañar a nuestros hijos. La diferencia esencial está en la actitud, en lo que les mueve a actuar
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