MAYO 2024: EL JUEGO: UNA MANERA FÁCIL Y DIVERTIDA DE APRENDER
“Casi cinco décadas después, en cierta ocasión en que había perdido de vista a mi nieto de dos años, lo llamé desde la cocina.
–Nikhil, ¿dónde estás?
–Estoy aquí, abuela –respondió débilmente una voz que venía del salón.
–¿Qué haces? –pregunté.
Sentado en el suelo, concentrado en un puzle, contestó:
–Estoy trabajando, abuela.
Estaba, efectivamente, totalmente absorto encajando las piezas del puzle. Mientras desarrollaba la coordinación oculomanual, adquiría maña y aprendía a resolver los problemas con atención y concentración.
De forma muy parecida a la de su bisabuelo, Nikhil había conceptualizado su propia versión de las funciones del trabajo.
- El trabajo es una actividad que realizas.
- El trabajo es un proceso que te mantiene ocupado.
- El trabajo es una tarea propia de uno mismo-
Esther Joos Esteban. ”Yo juego, papá trabaja” ( editorial Palabra),
A través del juego no solo vamos a conseguir que los niños se entretengan, sino que también vamos a permitirles desarrollar diferentes capacidades y destrezas. Además de constituir una de las formas más divertidas de socialización, el aprendizaje que se realiza mediante el juego es más real y efectivo, ya que se va a aproximar mejor a sus intereses y al entorno en el que viven. Para ellos, el juego es realmente un trabajo imprescindible.
A continuación, vamos a ir viendo con más detalle su importancia en el proceso madurativo del niño.
Desarrollo intelectual
Todas sus capacidades cognitivas pueden ser estimuladas a través del juego. La inteligencia y la concentración se pueden desarrollar y entrenar mediante actividades lúdicas que supongan un desafío y que requieran del pensamiento lógico (juegos de estrategia y deducción), espacial (orientación) o matemático (organización, clasificación y asociación). Juegos como el ajedrez, las maquetas, las actividades relacionadas con los mapas y los sudokus o rompecabezas les permitirán acrecentar este tipo de habilidades.
Desarrollo creativo
De todos es conocido como el juego activa la imaginación en los niños que tienen que inventar sus propias historias y personajes. En este proceso creativo va a resultar fundamental la propuesta de historias originales que les permitan generar ideas nuevas y encontrar soluciones a los problemas que se les planteen en el contexto creado. Para ello nos serviremos de cuentos e historias adaptados a su edad.
Desarrollo del lenguaje
Durante el juego, los niños se expresan utilizando un lenguaje que les permite transmitir sus ideas y deseos. Mediante el uso de palabras y frases se comunican, elaboran preguntas, cuentan historias y amplían cada vez más su vocabulario. En un entorno lúdico podemos plantearles ejercicios verbales que les ayuden a utilizar palabras nuevas y que requieran el conocimiento de las reglas lingüísticas. Las adivinanzas, los trabalenguas, los crucigramas y las sopas de letras reforzarán esta competencia.
Desarrollo de la autonomía personal
Jugando, los niños desarrollan su autonomía y la sensación de independencia y de seguridad. En la búsqueda de soluciones a los problemas que se les plantean, desarrollan y coordinan sus sentidos y toman decisiones para afrontar los desafíos que se les presentan en su vida cotidiana. Conseguimos de esta forma que se sientan competentes e incrementen la confianza y la seguridad en sí mismos. Actividades como recortar, vestirse, abrochar botones y cerrar cremalleras resultarán de una gran ayuda en la consecución de este objetivo.
Desarrollo de las emociones
Todas las emociones se van a presentar como consecuencia del juego. Así, la alegría cuando ganen o el enfado y la frustración cuando pierdan van a manifestarse en el niño. Ante estos sentimientos agradables y desagradables tendremos que ayudarles a que puedan gestionarlos de forma adecuada para conseguir que tengan un carácter seguro en el futuro. Para ello trabajaremos la reflexión, la empatía y el reconocimiento de emociones.
Desarrollo de las relaciones sociales
Potenciar el juego en los niños resulta fundamental para favorecer su socialización. Aunque también deben aprender a jugar solos, las actividades lucrativas en las que interactúan con sus amigos, compañeros o hermanos les van a permitir desarrollar las estrategias de conducta necesarias para poder relacionarse con los demás de una forma natural. Todas las actividades extraescolares o deportivas contribuirán a este fin.
Desarrollo físico
No menos importante es el desarrollo físico que se produce a través del juego. Durante la actividad recreativa, los niños saltan, corren, escalan, se tumban…, y toda la coordinación, flexibilidad y equilibrio que van a necesitar les ayudará en su crecimiento y en la adquisición de conciencia corporal. Asimismo, con el manejo de herramientas y elementos deportivos conseguimos que desarrollen la precisión, la fuerza, el control y la motricidad.
Son esenciales los beneficios que el juego puede proporcionar a los niños durante su crecimiento. Por tanto, resulta conveniente fomentar su práctica y facilitarles la posibilidad de que su desarrollo se lleve a cabo en contacto con la naturaleza para conseguir, no sólo que tengan un estilo de vida más saludable, sino también desarrollar las funciones ejecutivas y la sensibilidad por la belleza. Y, aunque en la mayor parte de las ocasiones jueguen con sus amigos, es buen momento para que los padres les acompañen en estos momentos de diversión, así se consiguen lazos afectivos más fuertes y seguros.