1. Impulsar, orientar y supervisar el estudio y trabajo de los alumnos.
2. Las sesiones de evaluación.
3. Sesión complementaria: Ideas para trabajar en la tutoría personal sobre el estudio y la evaluación

1. Dirigir la formación. Objetivos claros.
2. La hora de tutoría / Reunión de curso. El plan de formación: crecimiento en las virtudes. Impulso y ayuda a los preceptores de los alumnos del curso. Los encargos de mutuo servicio. Las convivencias.
3. La formación cristiana y la vida de piedad. Coordinación con Capellanía.
4. La formación de padres. Medios de formación para padres. Sesiones con padres. Los COF.

1. Los Matrimonios encargados de curso y los matrimonios colaboradores. Las convivencias de padres.
2. El Consejo de Curso. La formación de los alumnos líderes.
3. El Equipo Educador. Trabajo en equipo de los profesores/preceptores.

1. El profesor encargado y el gobierno de la clase. Las normas de convivencia.
2. El ambiente de la clase. Compañerismo. Buillyng. Prevención de abusos.
3. Los problemas de disciplina. El seguimiento de los alumnos con problemas de disciplina

La educación sólo tiene sentido en la medida que está al servicio de cada una de las personas a las que atiende; pero esto no es posible si se desconoce quiénes somos y cómo somos. En esta sesión se presenta cómo podemos educar mejor a los hijos y por qué es mejor esta forma de educar en la que ellos son protagonistas.

Es importante saber que siempre estamos educando, no sólo mientras se está escolarizado. Muchas de las oportunidades educativas son posibles por el ambiente en que tienen lugar. En casa y en el colegio crear el ambiente adecuado es clave para ayudar a la identidad personal de cada hijo, de cada alumno. La alegría y la luminosidad facilitan este trabajo.

Todas las familias hemos de tomar conciencia de la ayuda que podemos prestar a los demás. Hay muchas personas solas que necesitan el apoyo de otras que también se enriquecen con esa relación.

El liderazgo positivo es aquel que hace mejores a las personas que están a nuestro alrededor. Este nuevo liderazgo se puede aprender y se puede educar, y es el que se espera de los Matrimonios Encargados de Curso.

Esta y las cuatro sesiones siguientes abordan cómo podemos educar mejor a nuestros hijos para que se sientan orgullosos de ser como ellos quieren ser. En esta primera se trabaja la educación del cuerpo, de la dimensión física de la persona: el sueño, la alimentación, el ejercicio, la salud, el cuidado personal, y otros detalles prácticos de la vida material ordinaria.

La inteligencia no sólo se educa en la clase, también y sobre todo en la casa. Descubrir sus operaciones y cómo se orienta a la verdad permitirá sacar el máximo rendimiento de la de cada uno de los hijos y la de los propios padres.

La finalidad de la educación es ayudar a que cada cual alcance el autodominio de uno mismo, para expresar plenamente la libertad que posee. Sólo quien es libre puede amar y sólo el que ama puede ser feliz. Así de importante es acertar con la educación más adecuada para lograrlo. No es fácil educar en libertad, porque supone esfuerzo de los padres y de los hijos, pero merece la pena siempre.

La responsabilidad de la educación de la fe de los hijos es de los padres. Descubrir que Dios es Padre y que ha dado el ser a cada cual, de una forma única y singular, es saberse hijo de Dios y portador de una vocación propia que toca a cada uno descubrir. En esta sesión se reflexiona sobre esta realidad que se expresa en el trabajo, en la familia, en el servicio a los demás, y en el amor personal a Dios.

La mejor forma de crear el ambiente educativo más adecuado para el crecimiento de los hijos es el que se genera por el amor de los padres. Aprender a ser feliz nos ayuda a “contagiar” esa alegría a los hijos. El secreto es querer mejor a quien amamos: hacer feliz a “la otra parte contratante”.

La vida afectiva, la de las emociones, pasiones y sentimientos; la de la autoestima, la confianza, la seguridad; la de las impaciencias, la irritabilidad, la autoafirmación, la ternura, el optimismo, etc., influye muchísimo en el desarrollo de la persona y en todas su s manifestaciones de relación con el estudio, con las otras personas, con Dios. La reflexión sobre cómo forjar el carácter de los hijos y el propio aportará ideas para educarlo mejor.