Se acercan las deseadas vacaciones de Navidad, las calles se van llenando de luces y adornos. Es tiempo de preparación, de recogimiento, para la venida del Salvador. Los niños viven con una gran ilusión la preparación del cumpleaños de Jesús, pero la pregunta es ¿y los adultos vivimos este tiempo con esa ilusión infantil o nos domina el agobio de regalos, comidas, etc.? Sí es así, lo primero que debemos hacer es pararnos y reflexionar sobre lo que realmente es importante en estas fechas, ¿Qué “cosas” pueden llenar el corazón de nuestros hijos? Desde luego, ni los juguetes de los Reyes Magos, el Niño Jesús, o Papá Noel conseguirán llenar de felicidad el corazón de nuestros niños.

Es fácil dejarnos llevar por la corriente consumista de estos días, el “black friday”, los cupones descuento en cientos de jugueterías…anuncios de juguetes, de zapatos, de relojes… e imágenes de cenas navideñas en cada red social. Sin darnos cuenta, ponemos el foco en lo material y nuestros hijos, que son los verdaderos espectadores de lo que hacemos, se dan cuenta de TODO.

Un estupendo comienzo para esta época tan especial es parar, hacer un “stop” en nuestros hogares, reunir a nuestros hijos alrededor de la Corona de Adviento y explicarles el porqué del encendido de cada vela. Esa vela que encendemos todos juntos, nos recuerda que la Luz de Dios va a llegar al

mundo. Esa Luz es Jesús que ha querido nacer en nuestros corazones un año más.

Muchas tiendas imprimen catálogos de juguetes y llegan a nuestras casas no uno solo, sino varios folletos llenos de colorido. Nuestros hijos más pequeños no son ajenos a este hecho y se quedan ensimismados tratando de decidir qué juguetes van a pedir este año por Navidad.

No queremos que nuestros hijos vivan en una burbuja, ajenos a la realidad social, pero sí podemos enseñarles a vivir en medio de este bombardeo material y a estar por encima de ello.

Es lógico que quieran elegir sus juguetes preferidos, y debemos escuchar sus ilusiones, pero nuestra labor estos días será enseñarle, también, a pensar qué regalos le vamos a hacer primero al Niño Jesús, ya que lo que celebramos es su cumpleaños.

Les explicaremos que no serán juguetes, sino cosas que alegran el corazón de Jesús y los animaremos a que nos digan cuáles pueden ser esos regalos para El Niño: tratar bien a los hermanos, ayudar a un amigo, invitar a un vecino a jugar con nosotros, rezar una oración, cantar un villancico, saludar al niño (si tenemos una imagen de él en casa), darle un beso, agradecer lo que tenemos…

Entonces, será momento de preguntarles si quieren también, para ellos, algún regalo de los que no se pueden comprar. Os sorprenderán sus respuestas y darle alguno de esos “regalos” será el mejor modo de enseñarles a vivir este tiempo navideño.

Esos regalos no se encuentran en ninguna superficie comercial, no aportan ningún beneficio económico, pero nosotros sabemos que es el tesoro de los tesoros.

Os animo a tener muy presente, en este tiempo, que no es más feliz el que más tiene sino el que está lleno de amor y lo comparte con los demás. Solo de esta manera, iluminaremos nuestra sociedad con la luz de nuestros corazones, que viene del Señor. Feliz navidad.