NOVIEMBRE 2023: SOLO EL AMOR CREA
AUTOR: Fabio Rosini.
TRADUCTOR: Miguel Castellví
EDITORIAL: Rialp.
IDIOMA: Castellano.
PÁGINAS: 232.
EDICIÓN: 1ª, junio de 2018.
Sólo el título del libro ya nos dice mucho. El artista ama su creación y para crear hay que amar, Dios así lo ha hecho; pero para entender el contenido de esta obra es necesario comprender a fondo el significado de la palabra “amar”.
Rossini nos muestra el amor de Dios por cada ser humano a través de la profundización en las obras de misericordia – espirituales y corporales – y nos da luces para aprender a vivirlas, convirtiendo cada una de ellas en un motor de transformación personal, de quienes nos rodean y del mundo en que vivimos. No se trata de hacer cosas, lo importante es aprender a servir a cada persona haciendo nuestras sus carencias materiales y espirituales. Pero para poder vivir la misericordia, hay que aprenderla y la aprendemos en el trato, en la amistad con Dios que, parafraseando al autor “busca nuestra pobreza y la ama a través de su misericordia”.
En la introducción del libro y en su primera parte, el autor nos ayuda a reflexionar sobre el sentido de la misericordia que está intrínsecamente relacionada con la vida de cada persona: “lo que más hace sufrir no es el cuerpo, sino el corazón. No es el dolor, sino el sinsentido. No es la muerte, sino la soledad”.
Es muy importante leer con detenimiento estas dos primeras partes del texto, porque sitúan al lector en lo que se nos quiere transmitir a través del libro y, todo lo dicho está refrendado por la realidad. Rossini afirma que lo que nos está transmitiendo no es una teoría, sino el resultado de su
contacto con muchas almas a lo largo de su labor pastoral y de su experiencia como cristiano.
En la segunda parte nos habla de las obra de misericordia espirituales, que no pueden separarse de las corporales. Aborda cada obra de misericordia con mucha profundidad, tratando de exponer las verdaderas necesidades de cada persona, de acuerdo con la naturaleza que la define por medio de textos de la escritura, del magisterio, de diferentes autores y de reflexiones incisivas. Todo ello nos proporciona muchas ideas para la propia vida y para la tarea como educadores.
Es un libro recomendable para padres y educadores, y -de acuerdo -con la edad de los educandos, también es buena idea animar a los jóvenes a leerlo, completamente o algunos fragmentos.
Se puede pensar que nos encontramos ante una obra de espiritualidad, pero como en cada uno de nosotros lo espiritual y lo corporal se entrecruzan constantemente, también es un instrumento muy bueno para cualquier educador. No se puede olvidar que quien educa “da forma” a lo más inmaterial de cada persona, que se manifiesta por medio de obras realizadas con el cuerpo. A través de toda la obra, los padres de familia y los profesores, pueden encontrar muchas ideas para formar a sus hijos y alumnos.
El autor nos brinda la oportunidad de conocer el amor de Dios por cada una de sus obras, especialmente por cada persona, única e irrepetible: su obra maestra. Conociendo este modo de amor, nos hacemos capaces de amar a Dios y de amar a los demás con Dios y del modo en que Dios ama.
Me atrevería a decir que, en realidad, esta es la esencia de la vida.