SEPTIEMBRE 2020 – Adaptación a «la nueva normalidad» y la vuelta al cole
El famoso bichito… ¡Lo que ha cambiado nuestras vidas! Nos ha tocado vivir este momento de la historia y hay que sobrellevarlo de la mejor manera posible, con mucha prudencia, pero también con mucha serenidad. Es necesario que nuestros hijos nos sientan serenos, pero serenos de verdad, porque cuando lo fingimos lo notan.
¡Quién diría que estamos comenzando un nuevo año escolar!, pues si señores, ¡Bienvenidos al colegio! Muchos padres, por no decir todos, estaban deseando este momento por volver a las rutinas y la normalidad, que al final es lo que más paz aporta a los niños. Pero nos encontramos con una “nueva normalidad”: mascarillas, guantes, geles hidroalcohólicos, pantallas protectoras, ¡no toques nada! Todo muy normal… Son los niños COVID. Hasta los más pequeños han aprendido a lavarse las manos casi mejor que los adultos: ¡qué rápido se adaptan! Para ellos, ahora mismo, lo que están viviendo es lo normal. A ellos no les va a costar tanto como a nosotros, por eso lo mejor que podemos hacer nosotros es estar muy tranquilos, y no hacer drama de las cosas. Ellos nos necesitan como base sólida de su equilibrio emocional.
Los niños aprenden muy rápido, tanto lo bueno como lo malo, por eso nuestro papel como padres y/o educadores es tan importante para su desarrollo. Si ya la vuelta al cole, después de dos meses suele ser un poco “traumática”, porque se acaba el tiempo de vacaciones, porque dejan de tener plan de piscina y playa, porque tienen que cambiar de nuevo sus horarios, porque ya no tienen todo el día para jugar y, sobre todo porque nos notan nerviosos por afrontar el nuevo curso, pues este año tiene un plus que añadir a todo lo apuntado anteriormente; y es que los niños llevan en su casa junto a sus padres desde marzo.
Han sido seis meses en casa de mucha tensión porque no se podía salir, cosa que los niños notan. Porque, aunque son pequeños, son “personitas” como nosotros, y los cambios en su rutina les genera ansiedad. Porque los niños no entienden el tiempo como nosotros. Para ellos el tiempo se mide en los actos que realizan: “todavía es por la mañana porque aún no he comido”, “ después de dormir va a venir mamá a buscarme”. Y si esos actos se repiten diariamente, como ya saben lo que va a pasar después, están tranquilos porque controlan “sus tiempos”.
Debemos ser muy pacientes y armarnos de valor y alegría para afrontar esta nueva normalidad. Poco a poco iremos todos aprendiendo todo lo que este momento de la vida nos está aportando.
Algunas de las orientaciones que os proponemos para afrontar la nueva normalidad:
- Hablar mucho con vuestros hijos, que os cuenten lo que les preocupa o lo que les da paz.
- Darles seguridad, que, aunque haya un bichito que haya cambiado tanto nuestra vida, papá y mamá están a su lado.
- Vivir la vida con sentido del humor, que nunca viene mal. Se solucionan muchos problemas o malos días aderezando el día con una sonrisa.
¡Aún con todo, los niños pueden dormir peor, comer con menos apetito, estar más revolucionados, reclamar más atención por parte de sus padres y estar más irascibles e inseguros. Pero es el recorrido que tienen que hacer para adaptarse a la nueva normalidad! Están aprendiendo a lidiar con ella. ¡Mucho ánimo y a por con esta gran tarea!