Hace unos días regresé con mi familia a Madrid después de unas maravillosas vacaciones familiares. Es una suerte y un privilegio poder vivir, durante un tiempo, con toda la familia: abuelos, nietos, tíos, sobrinos, hermanos, ¡incluso cuatro perros! El follón y el caos están garantizados, pero también las risas y el cariño.
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