Los niños, especialmente cuanto más pequeños son, exigen una satisfacción inmediata para sus necesidades o deseos. Un bebé que llora por hambre no entiende de esperas; cuando son algo más mayores, utilizan un reclamo de atención, los primeros juegos también son una cuestión de prioridad o inmediatez. En este proceso de crecimiento, lograr inculcar la virtud de la paciencia y el orden, así como la gestión del tiempo y la espera sin frustración, es un gran reto para los padres, especialmente en un contexto en el que la cultura de la inmediatez que nos rodea no es, precisamente, una ayuda.
Este Sitio Web utiliza Cookies analíticas para mejorar nuestros servicios y la experiencia del usuario. Al navegar en el Sitio Web o interactuar en el mismo, aceptas el uso de estas Cookies.No obstante, puedes cambiar la configuración de Cookies en cualquier momento. Más Información