Es un hecho que los niños de hoy en día, especialmente los que viven en las grandes ciudades, tienen menos contacto con la naturaleza. Vivimos con horarios muy marcados, sin apenas espacios de ocio donde podamos disfrutar de un tiempo de parque o respirando aire fresco en el campo. Muchos estudios realizados en los últimos años confirman que el contacto con la naturaleza, refiriéndonos a cualquier espacio abierto que tenga vegetación y, en ocasiones. fauna, ayuda al desarrollo motor, sensitivo, psicológico e intelectual, así como a prevenir enfermedades, como la obesidad y la miopía.
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