En la vida de un adolescente, la palabra justicia es una de las más pronunciadas. Tanto ellos como nosotros, acostumbramos a declarar con pasión lo que es justo y lo que es injusto. Sin embargo, la justicia no es una de las primeras virtudes que se adquiere, de hecho, lo podemos observar en los niños: ellos siempre se sienten poseedores de todos los objetos y juguetes que les gustan. Es una virtud que ayuda a ordenar la vida interior y que se va aprendiendo con la ayuda de la prudencia y de una voluntad fuerte.
En la sociedad actual hay muchos adolescentes que están solos muchas horas al día. Eso hace que, en el poco tiempo que se pasa con ellos, sea más sencillo resolverles los problemas que ayudarles a que ellos mismos encuentren una solución. Es bueno reflexionar sobre esta actuación que, como padres, es casi inconsciente. No nos gusta verlos sufrir el tiempo que compartimos con ellos y nuestra visión subjetiva de padres, a veces, hace que actuemos antes incluso de que nos necesiten. Pero habría que considerar que, con esta forma de actuar, retrasamos la consecución de una de las metas de su vida, que es alcanzar la madurez.
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