NOVIEMBRE 2018 – La autoestima de nuestros hijos
Cuando uno se plantea lo que quiere dejarles a sus hijos en herencia, muchas veces pensamos en lo material. Pero si nos paramos un instante nos damos cuenta ¡que igual son ellos los que nos terminan de pagar la hipoteca! Según nos indican las estadísticas su vida va a ser larga, es muy probable, si un contratiempo no lo impide, que lleguen a vivir a los noventa y muchos…cien años. La verdad que llegar a los 100 años hoy ya no es noticia, así pues tenemos que preparar a nuestros hijos para un camino largo, el camino de su vida.
Una vida larga tiene sus complicaciones, nuestros antepasados cazaban, dejaban hijos, y morían antes de llegar a los 40 años … hoy para sobrevivir el ser humano se encuentra en un mundo más cómodo, pero también más global, tecnológico, competitivo… y se va a encontrar con muchos cambios en su vida. Los padres debemos pensar ¿Qué va a necesitar mi hijo a lo largo de su vida? Si yo tuviera que meter en una mochila tres cosas fundamentales que quiero dejarles a mis hijas para el camino de su vida ¿qué les metería?
Seguramente a todos nos gustaría dejarles una BUENA EDUCACIÓN. ¿Y qué elementos son básicos de esa educación? – Cada persona valora cosas distintas según sus necesidades, pero sin duda la seguridad en uno mismo y una buena autoestima son fundamentales para afrontar la vida con optimismo.
¿Qué es la autoestima? La autoestima es un aspecto esencial en la formación de la identidad (quién soy y como soy) de nuestros hijos y en el desarrollo de su madurez personal. La autoestima es el eje donde se arraiga la SEGURIDAD EN UNO MISMO. Y esa seguridad en uno mismo es fundamental para afrontar su presente, y también su futuro, cada vez más complejo y más exigente, y todos los futuros retos y problemas que conlleva la adolescencia y la edad adulta.
¿De qué se compone la autoestima? La autoestima incluye todos los sentimientos y creencias que tenemos acerca de nosotros mismos y afecta a todo lo que hacemos en la vida. Nacemos sin autoestima, el hombre es un misterio para sí mismo, tiene que ir conociendo el mundo que le rodea, y también tiene que ir conociéndose a sí mismo. La autoestima es por tanto compleja, cambiante, y está arraigada en el centro de nuestro ser.
Uno de los aspectos fundamentales es que tiene que ver con “conocerse a uno mismo”, tener una idea realista de lo que somos y estar conforme. Una autoestima positiva es tener una buena opinión de uno mismo.
Cuando el niño estrena su vida, en la infancia, conoce el mundo a través de los sentidos, pero el conocimiento de su forma de ser, es más complejo, y lo hace a través de espejos, se mira a través de los demás, y ese espejo son sus padres, familiares profesores y compañeros.
Recuerda: Primero tu hijo se mira en ti, en lo que dices de él, en como lo tocas, en lo que te siente y en lo que le haces sentir. La valoración de si mismo está muy supeditada a como se siente, y a cómo “TE SIENTE”, y si siente cariño y amor en las interacciones que tiene contigo ¡Que importantes son las caricias y los abrazos en las primeras etapas de nuestra vida! que importante es decirle “cuanto te quiero”, “eres el tesoro de mamá o de papá” hace que él se valore y se conozca así mismo.
Tenemos que dedicar un ratito al día a comernos a besos a nuestros hijos, a abrazarlos un poquito y a decirles que les queremos. A lo largo del día a un niño hay que corregirle muchas veces y en ocasiones nos enfadamos con ellos por cosas que hacen mal. Si nos descuidamos pueden pasar los días sin que el niño reciba una ración de contacto físico, de cariño, que para su correcto desarrollo necesita.
Numerosas investigadores han encontrado relación entre depresión en la infancia y baja autoestima. A parte de que el desarrollo emocional es fundamental para el desarrollo de la inteligencia y de la madurez personal. Por tanto: SENTIRTE QUERIDO Y VALORADO ES LA SEMILLA DE UNA APRECIACIÓN POSITIVA DE UNO MISMO. Los juicios que un niño oye sobre si mismo van posándose en su conciencia y paulatinamente constituyen la figura de su yo, puesto que las personas de su entorno devuelven al niño la propia imagen en el espejo de la valoración social.
En casa y en el colegio ha de “construirse” un “ambiente afectivo” que facilite el crecimiento de la autoestima.
He aquí algunas pautas:
- En primer lugar debemos pensar cómo usamos el lenguaje. Porque el lenguaje impacta en las emociones y en el conocimiento que tienen nuestros hijos e hijas de la realidad. Una regla importante para una construcción saludable del concepto de uno mismo, descrita hace más de 30 años por el profesor Haim Ginnott, profesor de psicología de la universidad de New York, consiste en no criticar ni alabar al niño como persona cuando realiza un acción positiva o negativa en concreto, sino centrarse en lo que el niño ha hecho. No es lo mismo hacer algo mal que el niño sea malo.
- Evita los perfeccionismos que tenemos como padres. Es bueno exigir a los niños, pero la exigencia debe ser coherente con sus posibilidades y sin duda debe estar acompañada de paciencia y buen humor.
- No digas nunca “ya no te quiero” cuando tu pequeño hace algo que no te agrada o que no debe. A los hijos hay que quererles siempre, independientemente de cómo se porten.
- Cada hija e hijo son únicos, evita las comparaciones.
- Cuando mires a tus hijos a los ojos hazlo con cariño. Las miradas dicen mucho más de lo que pensamos.
- Diles a tus hijos que les quieres, que te encanta estar con ellos. Aunque sean pequeños son capaces de captar este tipo de mensajes.
Y sobre todo, disfruta con ellos y recuerda que educar es una aventura apasionante.