Julio 2019 – En verano… ¡¡Tengo un plan!!
Esto es una locura, acaban los colegios y empieza la ley de la jungla en casa. Parece como si todo lo edificado durante el año se me fuera por tierra. ¿Es bueno o normal que pase esto? ¿Necesitan “liberarse”? ¿Cuál es la mejor manera de enfrentar el verano con ilusión y no con sensación de morir en el intento?
Desde estas edades conviene formar a nuestros hijos en una cuestión importante: las vacaciones o verano no son sinónimos de no hacer nada o romper radicalmente con todo lo que hemos ido cultivando durante el curso. Sin duda llevan encima meses de esfuerzo, de trabajo, y de estudio. Llevamos todo ese tiempo luchando por mantener cierta disciplina y orden en casa, formándoles en virtudes fundamentales que configuran su carácter, ayudándoles a planificarse los estudios, enseñándoles a colaborar en casa cumpliendo un encargo, promoviendo que dediquen parte de su tiempo a ayudar a otras personas, cercanas y conocidas o desconocidas pero necesitadas también.
Llega el verano y hemos de seguir trabajando esas virtudes, esos hábitos tan importantes para su vida, quizá no de la misma manera, es posible que con diferente intensidad, pero conviene pararnos a pensar en aquellas acciones que hemos de mantener o cambiar para que siendo diferentes puedan seguir formando a nuestros hijos durante el tiempo de vacaciones. Es la forma de que entiendan que somos una unidad y que nuestra vida debe ser coherente, allá donde estemos y hagamos la actividad que hagamos: en el cole, en un campamento, en el sitio al que vamos de veraneo o en una actividad de acción social. Personas íntegras, de una pieza, sólidas. Eso supone que en estos meses, aun con el cambio de rutina, hemos de pensar qué les ayuda a seguir esa coherencia de vida.
Hay que sentarse, primero nosotros, los padres. Hay que pensar: ¿qué hemos conseguido este año? Lo conseguido hay que buscar la forma de mantenerlo. Por ejemplo, seguramente hemos conseguido que se planifiquen cada tarde al volver del colegio para que así tengan tiempo de hacer sus deberes, jugar, leer, hablar con sus padres y hermanos. Podemos mantenerlo haciendo un planing también para los días de verano. A lo mejor van a algún campamento urbano, donde aprenden algún idioma, nuevas tecnologías o practican deportes. Quizá no vayan a ningún y están en casa con alguno de nosotros, con una cuidadora o una persona de la familia. En cualquier caso, si queremos seguir avanzando en ese “desarrollo armónico de la identidad personal”, conviene pensar que en el día a día, pueden caber actividades que supongan:
- Cultivo de la dimensión física:
- Mantener los hábitos de cuidado personal: higiene, buena alimentación. Pueden ayudarnos a planificar los menús del verano e incluso aprender a cocinar: quizá puede ayudarnos un día cada uno. Además así tenemos un ratito con ellos para hablar mientras hacemos juntos un plan de servicio para los demás.
- Pueden hacer deportes individuales, bailar, inventarse una obra de teatro y crear los disfraces.
- Pueden hacer deportes en familia: senderismo, salidas en bici, footing…
- Preparar detalles o regalos sencillos con cosas que tengamos en casa y así las reciclamos.
- Seguir manteniendo las costumbre de piedad, y también de saber agradecer a papá y a mamá lo que hacen por cada uno.
- Cultivo de la dimensión afectiva:
- Podemos animarles a hacer un diario de verano escribiendo, no hace falta que sea todos los días, pero sí de vez en cuando:
- Algo que agradecer
- Algo por lo que perdonarse a sí mismo
- Algo por lo que pedir perdón
- Retos personales que le gustaría alcanzar y medios de los que dispone para alcanzarlos.
- Escribir un “emocionario”: poniendo como se siente y otorgando una puntuación a ese sentimiento. De esta forma pone nombre y adquiere un vocabulario emocional rico y además otorgándoles una puntuación, al cabo del tiempo acaba a prendiendo a darle el verdadero valor que tiene las cosas, situaciones y personas.
- Podemos animarle a escribir postales y cartas a sus amigos. Contándoles los planes que está haciendo y preguntando por los suyos.
- También, pueden escribir esas cartas a sus abuelos, tíos o padrinos. Más que nadie las personas de esa generación nos conmovemos con una carta o una postal. Recuperar el valor que tienen en sí mismos les ayuda a valorar los detalles pequeños, el sentido de esperar a que te llegue una respuesta muchos días después de haber mandado tu una, y sobre todo a que los detalles que tenemos con otros, los mensajes que les mandamos no los hacemos para recibir una respuesta a cambios, sino por que sí, porque queremos hacer feliz al otro.
- Podemos hacer con ellos un listado de cosas para hacer feliz a los que viven con él o personas de la familia, amigos… Y planificar cómo llevarlo a cabo.
- Podemos animarles a hacer un diario de verano escribiendo, no hace falta que sea todos los días, pero sí de vez en cuando:
- Cultivo de la dimensión intelectual:
- El verano es un tiempo fantástico para seguir leyendo. Para leer mucho más. Ya hablamos hace algún post del tema de la lectura y dimos algunas sugerencias de lecturas por edades. Ahora es buen momento para dedicar una tarde a ir a la librería o a una biblioteca, con ese listado y ver con él los que le puedan gustar más.
- Es un tiempo ideal para seguir aprendiendo: podemos utilizar y planificar momentos concretos para hacerlo a través de las Nuevas Tecnologías: desde aplicaciones para desarrollar el talento matemático, documentales para aprender sobre los animales, la tierra, nuestros antepasados o los inventos más importantes de la historia de la humanidad; también es un momento ideal para aprender mecanografía, o para visitar museo de forma virtual.
- Es más fácil aprovechar los días de vacaciones para hacer alguna salida por la tarde a algún museo de la ciudad, en estas fechas además tienen talleres y actividades gratuitas, y así el plan de tarde no queda reducido a estar en la piscina.
- Para los días que no haga tanto calor, podemos ir a visitar alguna ciudad habiendo preparado previamente la visita: si vamos a ver un castillo podemos investigar la historia, si vamos a visitar unas ruinas o yacimiento romano… hay mucho que aprender en cada visita y ellos, que son nativos digitales, pueden encontrar esa información previa, se la preparan y nos la cuentan.
- También podemos hacer salidas a la montaña, casi siempre es más fresca que la ciudad en la que estamos. Podemos ir a bañarnos a unas pozas o piscinas naturales, a un lago, un río… en algunas excursiones podemos hasta encontrarnos ¡¡calzadas romanas!! Podemos seguir aprendiendo, y además conocemos la naturaleza con sus cambios en verano.
- Podemos hacer colecciones: de minerales, bichos, investigar todo sobre un animal, un personaje del mundo del deporte al que admiren, un personaje del mundo del arte que les guste o simplemente que no conozcan.
- Quizá es un tiempo en el que la televisión se enciende un poco más de lo habitual, si durante el curso estaba restringida al fin de semana, a lo mejor ahora se pone un ratito al día o no todos los días, pero sí alguno de la semana. Aprovechemos para que la escuchen en otro idioma: inglés, francés, alemán… Hagamos un listado de series, películas y documentales que sean formativos y planifiquemos qué días de la semana dedicaremos a cada uno.
- Seguir desarrollando sus hobbies. Dedicar tiempo a realizar manualidades, pintar, construir, diseñar, crear…
- Cultivar la dimensión volitiva: En cierto modo, en verano nos relajamos todos un poco, no está mal, pero hay algunos hábitos que hay que tratar de mantener. Es importante hacer con ellos un pacto y que se comprometan a hacerlo para que sigan ayudando en casa de manera responsable, haciendo un buen uso de su libertad.
- Esta claro que las cosas solas no se ordenan. Mantener el orden en casa en estas fechas sin duda cuesta, y tampoco se puede convertir nuestra casa ni en una pocilga ni en un museo. Necesitamos la implicación de todos. Para que sea algo diferente, divertido, como un juego podemos ir poniendo retos semanales: una semana el reto de “ninguna zapatilla fuera de sitio”; otra “ropa doblada y al cajón”… “semana de las toallas tendidas”. Por cada objeto bien guardado se ganan puntos y el que más tenga elige la peli que se ve el fin de semana en familia
- Seguramente han tenido sus encargos durante el año, en verano hay que seguir con ellos. Hay más tiempo y deben seguir ayudando, colaborando en casa. Hacer un hogar cálido es tarea de todos. Podemos hacer una “wishlist”: ¿Cómo te gusta encontrarte el baño o la habitación cuando llegas a casa? ¿Cómo te gusta encontrarte la mesa de estudio de les ordenador cuando te vas a poner a hacer alguna actividad en ella?… Hacerles reflexionar sobre ello les puede ayudar a ver qué cosas pueden aportar y hacerse responsables de ellas.
Podríamos seguir escribiendo muchas cosas más. Como podéis ver no ha salido ni la piscina ni el juego libre. Ese tiempo lo damos por supuesto y debe estar en su día a día. Esto son solo algunas ideas. ¿Qué podemos hacer con ello? Nos podemos sentar con nuestros hijos y planificar aquellas cosas de cada dimensión que encajen más con nuestros hijos o nuestros estilo familiar. Hacemos un listado y planificamos semana a semana, y al día, con ellos, lo que pueden hacer. De esta forma conseguimos que haya tiempos para el deporte, los hobbies, la naturaleza, el aprendizaje, la diversión…, y sobre todo no queda al azar, según surja. Así entiende que en verano es un tiempo diferente que bien aprovechado es un tiempo donde caben muchas cosas que nos ayudan a seguir creciendo.