Febrero 2019 – Los celos entre hermanos
¡No paran de pelearse! ¡En cuanto me descuido ya le está pegando! ¡Madre mía que celos tiene! Los celos entre hermanos es uno de los asuntos que más preocupa a los padres con hijos pequeños…, y no tan pequeños. Y sin duda entender de dónde surgen nos ayudará a gestionar mejor estas situaciones.
Los celos son un sentimiento universal y su origen principal está en la sensación de inseguridad que puede tener una persona al dudar del amor del otro hacia ella. No es sólo propio de los niños, también podemos sufrir celos los adultos, pero es relativamente común tener celos entre hermanos en la primera infancia.
Esa inseguridad interior es negativa para la persona que la padece. Podemos afirmar que los celos no favorecen la estabilidad emocional que nos ayuda crecer y madurar, aunque a veces son inevitables en determinados momentos de la vida y debemos ayudar a nuestros hijos a aprender a gestionar y redirigir este tipo de emociones. Es importante entender que el motivo por el que el niño se siente inseguro no se debe obligatoriamente a su forma de ser, sino que puede que haya situaciones (como la llegada de un hermano, o compartir territorio con él) que le haga sentir inseguro. En la vida nos encontramos con situaciones nuevas en las que no sabemos cómo actuar de manera adaptativa y nos surgen emociones que nos invaden.
Un niño que sufre celos es un niño que está inquieto interiormente, no vive las relaciones con serenidad. La persona que sufre celos porque se siente insegura no puede evitar estar constantemente “asegurándose” que su persona de referencia le quiere, que le considera importante y que le comprende. El sentimiento de los celos nos hace desear que el otro nos quiera de manera exclusiva, y en el caso de los niños se manifiesta de una manera clara en no querer compartir el afecto de los padres entre hermanos. Podemos decir que la niña o el niño celoso duda de que sus padres puedan amar a todos los hijos por igual, y que el amor de sus padres hacia su hermano, o sus hermanos, son una amenaza para él ya que piensa que sus padres puedan no tener amor suficiente para todos. Esto provoca un sentimiento de rivalidad de manera casi inevitable.
Las relaciones entre rivales tienen un elemento común: la envidia. Y cuando los padres tienen a comparar a los hermanos las envidias y temores crecen, por lo que hay situaciones de celos que pueden volverse crónicas.
Lo habitual es que sea le hermano mayor el que sienta celos del pequeño, pero no siempre es así. Los hermanos pequeños pueden envidiar a los mayores por su carácter y sus dones; la complicidad que tienen con sus padres; o por el hecho de ser mayores y tener algunos privilegios que pueden llevar a pensar que se le quiere más por el hecho de ser mayor que él.
¿Qué podemos hacer cuando nuestros hijos tienen celos entre ellos? Fernando Alberca en su libro “Guía para ser buenos padres” indica que “cada hijo es merecedor de todo el amor de sus padres” y aporta unas claves educativas que debemos tener en cuenta cuando nuestros hijos tienen celos. Aquí exponemos algunas de las que hemos considerado más importantes:
- Cada miembro de la familia debe ser querido por lo que es. Hay espacio para todos. Todos merecen el aprecio y la atención de los demás.
- Los celos pueden aparecer a todas las edades. Surgen cuando no se esta seguro de que los padres quieran a todos los hermanos con todas las fuerzas por igual en cantidad: la cantidad completa que les quepa en su corazón al padre y a la madre, por separado y juntos.
- Ante e nacimiento de un nuevo hermano los protagonistas han de ser, con hechos, LOS ANTERIORMENTE NACIDOS: los mayores.
- Aunque un niño no demuestre celos aparentes, siempre hay una chispa de celos en todo niño que debe aprender a COMPARTIR A SUS PROPIOS PADRES.
- Las COMPARACIONES DESFAVORABLES no sólo originan odio hacia el favorecido, también hacia las cualidades que se pretenden cultivar en la comparación (orden, aseo, obediencia).
- La prisa, la falta de reflexión de los padres, la complejidad de los sentimientos y el tener el problema demasiado cerca, les impide a veces ver cuánto favoritismo demuestran en sus relaciones con los hijos. Los padres- afirma Alberca- se sorprenderían si preguntasen a alguien de confianza…, quizá deberían hacerlo.
- La imparcialidad no es una solución satisfactoria para el problema de los celos. Cada niño es diferente y tienen carácter y -fruto de él- unas exigencias y necesidades diferentes. Los niños necesitan saberse queridos singularmente, por él mismo, individual y personalmente. Es importante llamar a cada hijo por su nombre cuando nos refiramos a él con su hermano (y como hermano mayor/ menor). Cada uno pide un trato propio y distinto. Los padres han de agotar con cada uno el molde de su amor completo.
- Los adultos comenten un error cuando rechazan, avergüenzan y castigan a un niño cuyo comportamiento hostil es causado por los celos. Puesto que los celos surgen del temor de verse precisamente rechazados, despreciados o tratados con discriminación, las medidas disciplinarias estrictas impuestas por una mal conducta que tiene su causa en los celos sólo reforzarán ese sentimiento. Hay que descubrir e intentar modificar las circunstancias de su vida que le sean imposibles de tolerar por más tiempo y que le provocan celos, y así mejorará su conducta como consecuencia de su disminución de los mismos.
Con estas claves presentes no debemos olvidar que los niños son niños, y las peleas y disputas entre hermanos entran dentro de lo normal en una familia. De hecho, muchas veces las riñas entre hermanos son un modo de interacción que forma parte de los hábitos sociales entre iguales, y que en ocasiones las pequeñas peleas entre los niños son una parte de sus rituales de juego. Es labor de los padres ayudarles a solucionar sus conflictos procurando establecer normas y límites claros en este sentido.
Uno de los retos para los padres con hijos pequeños es ayudarles a llevarse bien entre ellos y al mismo tiempo generar un espacio propio en la familia en la que cada hijo se sienta único. Es importante que los hermanos se acepten y se quieran de pequeños para que se ayuden y se respeten de mayores.
Ánimo con esta tarea, ¡esperamos que estas pautas os ayuden!