Empezar por quien está en el espejo
El periodo de adolescencia en los jóvenes actuales es una etapa de la vida en la que “adolecen” de muchas cosas, pero también es un momento en el que maduran y crecen como personas muy rápidamente. Durante este tiempo, su cerebro está en construcción y, de igual forma que no podemos pretender que una casa que está en obras funcione como si no lo estuviera, tampoco podemos tratar de que nuestros jóvenes hagan todo bien, a la primera y, por supuesto, sin protestar ni frustrarse.
Enmarcado en ese desarrollo cerebral, la inteligencia se estrena, en buena parte, durante la etapa adolescente. El uso de la inteligencia tiene múltiples aplicaciones, este artículo lo centraremos en tres conceptos: el autoconocimiento, el autoconcepto y la autoestima.
Cuenta la leyenda de la antigua Grecia que aquellas personas que visitaban el oráculo de Delfos se topaban, en la naos del templo, con una inscripción que rezaba la siguiente frase: “conócete a ti mismo”. Esta idea sería rescatada por Platón, quien, a través de sus diálogos, confirmaba la importancia del autoconocimiento para la toma de cualquier decisión vital.
“ El autoconocimiento supone siempre una labor ardua y que, en cierta forma, no acaba nunca. Nunca acabaremos de conocernos del todo: el hombre tiene algo de misterio, siempre hay algo de él que se le escapa, que va más lejos de su propia inteligencia. El hombre cuando dirige su mirada hacia sí mismo, muchas veces tiene que dejarse llevar por suposiciones. Intuye la dirección por donde debe dirigirse a la meta, pero con frecuencia desconoce la realidad misma de la meta. Podríamos decir que tiene de sí mismo un conocimiento progresivo. Porque tampoco sería cierto hablar de desconocimiento. Quien se esfuerza por conocerse, lo logra”. ( Alfonso Aguiló. http://www.interrogantes.net/ )
El adolescente ha de conocer sus aspectos físicos, intelectivos y de carácter. Está comprobado que estos conocimientos contribuyen a la estabilidad emocional y la seguridad que cualquier joven necesita. Sobre todo, porque les aporta luz acerca de lo que esperan ellos de sí mismos y lo que esperan los demás de ellos. Todo esto les hace conscientes de lo que son capaces de dar y de lo que no…
Pero, para que haya autoconocimiento personal, tiene que haber reflexión. No es posible un viaje interno sin reflexión. Una reflexión que se adecuará a su edad, circunstancias, educación, carácter y entorno. No es igual cómo reflexiona o se plantea las cosas un adolescente de doce años a cómo lo hace un muchacho diecisiete. Sin embargo, esta introspección será lo que les ayude, en buena medida, a crear su autoconcepto, es decir, la imagen que tienen de sí mismos y no la que creen tener o lo que les hacemos pensar los demás. Actualmente, gran parte de los adolescentes sufre algún tipo de presión social para ser, tener o pensar lo que otros consideran lo correcto o beneficioso para ellos (redes sociales, grupos de amigos, ídolos a los que admiran…).
Junto con todo esto, las competencias y los contenidos que les exigimos, tanto padres como profesores, se manifiestan, paradójica y peligrosamente, desarraigados de una formación emocional adecuada, consciente y continua, lo que les desarma de las herramientas necesarias para
enfrentarse al mundo real, resultando a veces nuestra educación, una casa que se empieza a construir por el tejado.
Un buen autoconocimiento permitirá a nuestros hijos encontrar aquello que les hará felices al relacionarse con el mundo y con los demás. Deberán descubrir sus sueños, sus preocupaciones, sus talentos… es ese autoconocimiento el que permite al adolescente ser consciente de sus puntos fuertes y débiles, y junto con esto, le capacita para asumirlos y trabajarlos, evitando así, dañar su autoestima. (Juanjo Javaloyes https://www.youtube.com/playlist?list=PLIv7KVNMw5kF-1kpkTGaoaMqzSXVWLGSO )
Sólo así, forjarán una autoestima fuerte y realista, evitando odiosas comparaciones excepto aquellas que hagan para con ellos: ¿He mejorado? ¿He superado obstáculos que pensaba insuperables hace algún tiempo? Estas son las preguntas que deben hacerse realmente , y no si preocuparse por si son más o menos altos, más o menos guapos, más o menos ricos que el que tienen enfrente. Porque si nos comparamos con los demás, siempre encontraremos alguien mejor que nosotros. Pero es con nosotros mismos con quien estaremos el resto de este viaje llamado vida.
En conclusión, el aprendizaje y desarrollo de estos tres conceptos, no sólo les permitirá ser felices, sino que, además les otorgará una inmensa capacidad de ajustarse a los cambios. Les permitirá modificar sus actitudes, paradigmas, comportamientos y expectativas… En definitiva, tal y como decía Michael Jackson en su éxito Man in the mirror (El hombre del espejo), les dará la capacidad de cambiar el mundo: “Estoy empezando con el hombre del espejo. Le estoy pidiendo que cambie sus actitudes. Y ningún mensaje podría ser más claro. Si quieres hacer del mundo un lugar mejor, mírate a ti mismo y después haz un cambio”.
Bibliografía
Covey, S. (2020). Los siete hábitos de los adolescentes altamente efectivos en la era digital. DEBOLSILLO
Romera, M. (2017). La familia, la primera escuela de las emociones. DESTINO
Sarráis, F. (2018). Entender la afectividad. TECONTÉ