Diciembre 2024: COMPARTIR ‘TIEMPO DE CALIDAD’, UN MAGNÍFICO REGALO PARA LA NAVIDAD
Muchos nos quejamos de que “no nos da la vida” para hacer las cosas que nos gustaría o, al menos, no con el tiempo que desearíamos dedicar. No debería ser ese el caso en la relación padres-hijos, y si lo es en algún momento, siempre se está a tiempo de rectificar. Un propósito para este tiempo de Navidad puede ser hacerles – y hacernos- ese regalo: más tiempo para compartir.
El día a día es vertiginoso. Por el lado de los padres, además, las responsabilidades laborales y los compromisos sociales “aprietan” el horario familiar; por la parte de los hijos, los estudios, actividades extraescolares, ocio con amigos y, en muchos casos, distracciones tecnológicas, llenan las horas del día. Encontrar el momento de encuentro en el que todos estemos conformes y a gusto es el gran reto. Es lo que podemos concretar como ‘tiempo de calidad’.
En el blog interrogantes.net podemos encontrar la siguiente anécdota: “Cuenta Leopoldo Abadía que, en una ocasión, al acabar una conferencia, se le acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como aquel día, durante el coloquio posterior a la sesión, había salido la clásica pregunta sobre el mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella le dijo que lo realmente preocupante no era el mundo que íbamos a dejar a nuestros hijos sino, mucho más, qué hijos íbamos a dejar a este mundo.” La formación y educación, depende en su mayor grado del tiempo de calidad que les entregamos, como un cheque en blanco, a nuestros hijos.
Tiempo de calidad son todos esos momentos en los que la relación padres-hijos transcurre con atención mutua plena, sin otras distracciones. No es una simple compañía o acompañamiento físico, sino que exige una participación activa y comprometida, con involucración emocional y mental. Pueden ser actividades compartidas -deporte, juegos, ocio-, o conversaciones relativas a los aspectos más triviales o a cuestiones profundas de mucho calado. Las primeras pueden surgir de forma más natural, pero se trata de ir construyendo y avanzando en la relación para fomentar la confianza necesaria para abordar las segundas.
Es precisamente ese aspecto de crecimiento de la confianza, a través de la comunicación, una de las mayores ventajas del ‘regalo de Navidad’ que estamos proponiendo en este artículo.
Otro beneficio claro es que los niños pueden ver, a través del tiempo y de la dedicación que perciben por parte de sus padres que se les valora y quiere, con lo que supone de aumento de su autoestima. Junto a los padres, también pueden desarrollar habilidades emocionales y sociales, así como prepararse para hacer frente a los siempre complicados momentos de toma de decisiones, con libertad y con responsabilidad.
Por último, podemos destacar otra gran ventaja. El tiempo compartido es un excelente momento para ‘crear’ recuerdos duraderos —y por qué no, nuevas tradiciones familiares— que van a perdurar toda la vida.
Algunas ideas para compartir ‘tiempo de calidad’
La Navidad, momento generalmente con menos compromisos laborales e incluso vacaciones, es una muy buena oportunidad para buscar momentos de encuentro. Las reuniones familiares y sus tertulias pueden ser la ocasión para conocer más a la propia familia, su historia o los proyectos futuros. Compartir las tareas de la decoración de la casa, o de la cocina para esos días especiales, son otros momentos propicios para pasar un buen rato juntos, aplicando la creatividad que cada uno lleve dentro para poner un belén, aplicar color y luces al árbol o preparar esos dulces o recetas para la gran cena de Nochebuena.
No podemos olvidarnos en Navidad de otra propuesta, quizá de las más educativas, como es la solidaridad. Dedicar un tiempo para algún tipo de voluntariado social, para ayudar a personas que lo necesitan o están en situación de soledad, es un gran aprendizaje y una actividad que, emocionalmente, puede ser muy enriquecedora.
Naturaleza, ocio y cultura son otros ámbitos en los que se pueden buscar experiencias conjuntas: salida a la nieve o a otros espacios naturales, cine o teatro, exposiciones, museos, visitas a monumentos o, simplemente, pasear por esos centros urbanos llenos de luces y ambiente navideño.
¿Nos hacemos un gran regalo?
Para ampliar información:
Interrogantes.net. Alfonso Aguiló, “Qué hijos dejamos al mundo”, Hacer Familia nº 214, 1.XII.2011
Las buenas ideas están en los lugares más insospechados, en este caso en el Blog de una compañía de seguros, Generali, que aporta unas ideas estupendas y factibles para mejorar ese tiempo de calidad con nuestros hijos de una manera práctica y real. Os lo recomiendo
https://www.generali.es/blog/generalimasqueseguros/tiempo-calidad-hijos/