Diciembre 2018 – No tengas miedo a decir no
En la era de la inmediatez, el tiempo, las circunstancias, el trabajo, las actividades extraescolares…, nos invaden y a veces podemos ver como la vida nos lleva, y no siempre podemos tener el control de hacia donde. Esto nos pasa en la educación de nuestros hijos. Entre que tenemos menos tiempo del que querríamos estar con ellos y que hoy está todo al alcance de la mano… Entre que ellos tienen una capacidad increíble para persistir en lo que quieren hasta que agotan nuestras fuerzas… Y nosotros llegamos cansados. Antes de oírles pedirlo de nuevo, de soportar otra pataleta inmensa o que no pare de llorar, cedemos.
Sin embargo, nuestros hijos necesitan ver en nosotros esa figura de autoridad que sabe lo que hace, y que quiere lo mejor para ellos. Y eso supone firmeza, supone poner límites y aprender a decir que NO. Ciertamente es una de las palabras que más cuesta oír, sin embargo deben aprenderla, porque en la vida la van a oír muchas, muchas veces. Ya hemos escuchado miles de veces que exigencia y cariño deben ir de la mano. Eso significa que hemos de dosificar ambas en las mismas cantidades. Los refranes son la sabiduría del pueblo, por eso es bueno recordar que “quien bien te quiere te hará llorar”.
Desde luego educar con firmeza y con límites no es tarea fácil, uno de los mayores obstáculos con los que nos encontramos los padres en este sentido es el miedo a hacerles sufrir. Esos momentos en los que aparece el chantaje emocional con la frase “ya no te quiero” o “eres el peor padre del mundo” …, nos generan inseguridad. Sin embargo, cuando aparecen esas frases significa que estamos yendo bien, estamos poniendo un límite, estamos mostrando una dirección para crecer. Recuerdo hace poco cómo me contaba una madre que después de escuchar durante muchos años esas frases de su hija, cuando esta tenía 8 años le dijo un día: “mamá, ya entiendo porque me dices que no a algunas cosas o porque me exiges en otras…, eso es porque me quieres, porque eso es bueno para mí”. Ellos se dan cuenta de todo y aunque parezca mentira, nos piden a gritos que les exijamos y les pongamos límites, para que cuando sean mayores sean ellos mismo capaces de poner sus propios límites para seguir creciendo.
En este libro que os recomendamos este mes el autor nos presenta los principales miedos y debilidades afectivas que sufrimos los padres, y que pueden llegar a ser verdaderos virus que nos impidan educar adecuadamente, extendiéndose sin freno y contagiando otras facetas de nuestra labor educativa.