“No hay tiempo, breve es la vida para discusiones y resentimientos, solo hay tiempo para amar, y apenas un instante para hacerlo”. Mark Twain

Hay dos maneras de controlar el tiempo, una es cuantitativa, midiendo nuestro tiempo por el reloj, y por otra parte tenemos el tiempo que medimos de forma cualitativa: cuando hacemos algo que nos gusta pasa volando, mientras que cuando algo nos disgusta discurre lentamente.

Respecto al tiempo Cronos (el paso del tiempo) hay personas que se resisten a crecer. Es el llamado “síndrome de Peter Pan”, uno de los males de la época que nos ha tocado vivir, en la que encontramos personas que creen que siempre van a ser jovencitos y están continuamente luchando por no envejecer de ninguna manera.

Esa resistencia al cambio puede darse también por querer permanecer en la posición cómoda a la que se ha llegado. Se considera el paso del tiempo como un enemigo que nos quiere sacar de nuestra zona de confort.

También hay personas que se preocupan tanto por el futuro que, como el personaje de Mr. Scrooge, en el famoso libro “Cuento de navidad” de Dickens, es incapaz de ver más allá de su propia angustia y se centra en su realidad más inmediata, lo que deriva en que los demás no cuenta nada. A veces nos puede pasar esto en el matrimonio, que uno de los dos es incapaz de salir de sí mismo y no comprender el ritmo que tiene la otra persona para hacer las cosas.

Ser conscientes de que casi nada ocurre “al instante”, especialmente en lo que se refiere al crecimiento y el cambio, nos puede ayudar a ser pacientes y disfrutar del proceso casi tanto como del resultado.

Otra manera de ver el tiempo es el “Kairós” es el tiempo cualitativo, el tiempo justo. En algunas ocasiones nos pasa que las cosas ocurren en el momento oportuno y que hay “casualidades”. Es el tiempo del amor y el dolor, que no se contabiliza, sino que se disfruta o se sufre. Se trata de atrapar cada instante, vivir el tiempo al minuto, en el sentido de sacar todo lo positivo que podamos encontrar en el momento que vivimos.

Escoger vivir una vida en la que no se pierda el tiempo, verla de modo global, desde arriba, como desde un helicóptero nos ayuda a poner las cosas en su sitio. Si no vemos nuestra vida de esta forma, se nos escapa fácilmente. El Kairós nos invita a estar atentos y enfocados en una dirección determinada, teniendo presente nuestro proyecto

familiar, considerando que es mejor hacer menos cosas, con un sentido y dirección, que buscar continuamente actividades que nos desenfocan de lo verdaderamente importante.

Volver a empezar, volver a ilusionarse, saber que nuestro marido o nuestra mujer estarán siempre dispuestos a luchar y esforzarse por crecer como persona, es un motivo para no dejar de recomenzar cada día.

Es importante, por tanto, el factor tiempo: saber esperar, ser paciente, pero también aprovechar todos los momentos, procurando hacer la vida agradable a quien nos ha elegido para compartir la vida juntos. El tiempo es corto para amar.

Bibliografía de ampliación

Moragas,M (2022) El tiempo en un hilo. Rial