Diciembre 2018 – Navidad en familia
La Navidad se celebra en familia pero en ocasiones se dan momentos incómodos que conviene prevenir, a veces las sensibilidades y los roces entre familiares afloran, acabando muchas veces en palabras que hacen daño, indirectas incómodas y encuentros poco placenteros. Tenemos que proponernos en esta Navidad una convivencia entre nosotros armoniosa y agradable, especialmente para preservar el amor de los esposos.
El primer paso para disfrutar de unos días estupendos es dejar a un lado el estrés y la tensión, muy común durante estas fechas. Los compromisos, la preparación de las celebraciones, la reunión familiar, son elementos que siempre nos tensan, por eso lo mejor es prepararlos con calma e ilusión, hacer las cosas con la ayuda de la familia y disfrutar de la fiesta sin pensar en que debe salir perfecta.
Antes que todos los demás, estamos nosotros. A mi marido, a mi mujer, los tengo que tener siempre presentes, también en estas fechas.
Por amor, hace falta discreción en las palabras cuando nos reunimos con la familia política, por ejemplo. Las fiestas navideñas implican muchas veces encontrarnos con familiares de la otra parte con los que nos cuesta más tratar; en esos casos conviene recordar que es la familia de quien más amas, ser amable no cuesta tanto y es necesario mantener una actitud positiva para que todo vaya bien.
Son momentos para aumentar el diálogo en pareja, para fomentar el cariño mutuo. Es hermoso constatar cómo muchos matrimonios buscan juntos visitar a los abuelos, incrementan los lazos con los amigos, primos y familiares, encuentran momentos para que todos se sientan más queridos.
Paciencia. Debemos evitar a toda costa las malas caras y las actitudes negativas, que solo dificultarán el encuentro con la familia y harán que la navidad no sea un encuentro entrañable.
Cuando llegue el momento de recibir los regalos hay que vigilar nuestras reacciones. Es importante recordar que los presentes son simbólicos y que no siempre nos gustarán, por eso siempre sonríe y agradece. Si se trata de un regalo inútil o que sabes que jamás usarás ya verás que hacer con él más adelante. Valora la importancia de ser agradecido con tu marido o tu mujer, o quizá de otro familiar, para no herir sus sentimientos; quizá no haya acertado con tu regalo pero lo ha hecho porque te quiere.
Si os reunís en vuestra casa cread un ambiente de fiesta, unión y celebración que reduzca al mínimo la posibilidad de tensiones. Permite que tu familia aporte lo que desee a la cena, coloca música alegre, anima a tus invitados a conversar, bailar y sonreír e invita a tus hijos (si los tienes) a compartir alegremente esos momentos inolvidables.
Recordad que las personas mayores de ambas partes merecen consideración y atención. Que se sientan cómodas con vosotros, no las descuidéis durante estas fechas tan importantes, siempre que os parezca bien a los dos.
Disfrutad en matrimonio, junto a vuestra familia, dejando las tensiones y hostilidades a un lado para disfrutar de esta fecha en la que compartir junto a nuestros seres queridos es la principal prioridad.
El tiempo de Navidad es especialmente apto para orar y para crecer en la fe. Aunque las sociedades modernas ven este tiempo como un momento de descanso y de fiestas, como una ocasión para ofrecer regalos y para convivir, hay que saber descubrir el sentido que tienen en el calendario cristiano.
La Navidad es un tiempo de gracia. Los matrimonios están llamados a vivirla así, en un continuo movimiento de amor. Amor recibido, amor celebrado, amor hecho un Niño pequeño. Amor que luego se transmite entre los de casa y los de fuera. “Porque un Niño nos ha nacido, un Hijo nos ha sido dado” (Is 9,5). Porque el Salvador (Jesús) vive ya en medio de su pueblo, entra en cada una de las familias que le abren las puertas con fe, amor y esperanza.